“Cacosmia. Perversión del sentido del olfato, que hace agradables los olores repugnantes o fétidos” (diccionario de la lengua española – Real Academia Española, vigésima segunda edición, tomo 4, pág. 261). Hay cacosmia en política, sobre todo, en gobiernos de “vientres de alquiler”; ven “normal”: enriquecerse cuando es autoridad; coimear en licitaciones; aprovecharse indebidamente de los cargos públicos para contratar o nombrar a aportantes de campaña, sin cumplir perfiles de puestos ni procedimientos de acceso a la administración pública. Tales hechos son delitos e infracciones, con pena de cárcel y sanciones administrativas.
¿Cómo puede ser “normal”, lo ilegal, delictivo e inmoral y anético? Esto es cacosmia política, el ver, como “normal”, la infracción y el delito. O sea, vale la frase: “roba, pero hace obra”, ¡NO! Es tolerable lo dicho por un exburgomaestre: “Robé con decencia, sólo cobré el dos por ciento, no como ahora que cobran el 15 %”, ¡NO! Lo peor, ninguno de los aludidos, lo desmintió; nadie dijo: yo no cobro ningún diezmo, ¿acaso fue un silencio revelador?
Detectan chats de familiar de autoridad regional, disponiendo designar o contratar a tal persona, porque “apoyó la campaña electoral”. Salen, el hermano, dirigente de JPP, y el presidente del Consejo Regional de Arequipa, a decirnos: el líder o lideresa de una organización política, tiene el derecho a “proponer” a militantes de su agrupación, para cargos públicos. Quieren decirnos: los afiliados de las otras organizaciones políticas, no tienen derecho a formar parte del Gobierno Regional de Arequipa. ¿Cómo quedan los “independientes”, los no afiliados a ninguna asociación partidaria?
Señores: Fernando Zevallos y Miguel Linares ¿cuánto tiempo de afiliación se debe tener para ser propuesto a cargo público? Apoyar la campaña electoral ¿es la única condición para acceder a un puesto en el gobierno regional? ¿Qué pasa con los que apoyan la campaña y no son afiliados, o siendo partidarios, no apoyan?
Esperamos sus respuestas o “acá no hay mea culpa”. Los buenos estadistas, cuadros políticos, técnicos en desarrollo y gestores públicos; con o sin afiliación, deben ser convocados para ser parte de gobiernos locales, regionales y nacionales.