En la sociedad de la información la agenda la impone la noticia de mayor impacto. A fines de la semana pasada, sin ninguna duda la noticia de mayor relevancia iba a ser aquella en donde un testigo protegido señalaba lo que el Congreso se empeñaba en negar: que sí había existido una red de prostitución en el parlamento. Y que el principal miserable, utilizando su poder de manera abusiva, era un expresidente del Poder Legislativo. De allí al asesinato de Andrea Vidal había un paso, que como corresponde viene siendo investigado por la Fiscalía. Fue entonces que surgió la comunicación del fallecimiento de Mario Vargas Llosa y opacó por completo la noticia anterior.
En los siguientes días ni siquiera el recogimiento que acompaña a la Semana Santa pudo evitar la indignación generalizada que produjo el salvoconducto inmediato que otorgó el gobierno de Dina Boluarte a Nadine Heredia. La irregularidad de este hecho es vergonzosa para el país, pues por lo menos el gobierno peruano se pudo tomar su tiempo para evaluar el tema y no entregarse burdamente a Brasil que no solo corrompe en el Perú sino que se entromete en nuestra justicia. Los políticos peruanos son muy pequeños y se acomplejan ante Brasil. En medio del escándalo ocurrió la lamentable muerte del papa Francisco. Pero mas allá de la congoja no debemos dejar de lado que esta noticia, la del asilo inmediato, pase al olvido.
No es cierto que el Perú no podía hacer nada ante la solicitud brasileña. Ha podido responder a Brasil que espere la sentencia firme que, en primera instancia, recién íbamos a conocer el 29 de abril. Y Brasil ante ello no podría haber hecho nada. El Perú puede tomarse el tiempo que considere conveniente, en los márgenes razonables, nada lo impide. Sin embargo, el gobierno de Boluarte procedió. Pero lo que es peor es la forma como el Ejecutivo ignoró un elemento fundamental: en la misma sentencia que leyó la jueza se dice que Lula da Silva fue quien instruyó al Partido de los Trabajadores para que aportara dinero a la campaña de Ollanta Humala y Nadine Heredia. Que el gobierno peruano ignore al corruptor que pide asilo al país del corrompido abre una nueva etapa en el campo de la impunidad que corroe a la lucha contra la corrupción en América Latina.
Hay quienes dicen que el carácter inmediato del asilo es porque Dina Boluarte quiere que se le retribuya el favor. Yo creo que no solo es eso. Hay en el Perú un sistema de corrupción, en el cual participan abogados litigantes, políticos y algunos medios de comunicación a quiénes solo les importa el dinero que puedan obtener y no defender la soberanía e intereses de nuestro país. A eso hemos descendido.