En esta columna hemos graficado los problemas que enfrenta la población pobre urbana y pobre rural para acceder a un pedazo de suelo en el Perú, en el caso de nuestra ciudad, hacer realidad esa promesa llamada Arequipa, en nuestra ciudad de Misti.
Es evidente que los programas estatales que buscan regular la situación de la población que habita informalmente no tienen resultados; tanto políticos, técnicos en urbanismo y autoridades confunden las formas de ocupación del suelo y la construcción de la vivienda, no hallan diferencias entre irregularidad, ilegalidad e informalidad.
El Estado no reconoce la importancia de la autoconstrucción, impone dictatorialmente programas de vivienda en espacios cada vez más pequeños, con el dinero de todos los contribuyentes nos obliga a solo utilizar la cuarta parte de nuestros lotes y nace así el problema de la construcción de nuestra casa.
El Día del Urbanizador que se celebra en el Perú busca el reconocimiento no solo de dirigentes si no también de grandes porciones de ciudad que existen y se rigen por propias normas que son distintas a las reglas de la formalidad.
Por décadas hemos visto como la ocupación informal de un terreno del Estado se realiza de forma espontánea, la posición surgió, no estaba en los planes del Estado.
La búsqueda de una reivindicación a la ciudad naciente no es un enfrentamiento al sistema socioeconómico actual, incluso no lo cuestiona abiertamente, el auto constructor de su vivienda se conecta a la economía de mercado de diversas formas y maneras.
Se considera informal lo no considerado por el sistema que se considera convencional, en ese sentido, el sistema formal actual género la informalidad, esperamos que el nuevo Plan de Desarrollo Metropolitano no contemple esa miopía, y sea un instrumento integrador, generador de bienestar y propuesta de convivencia.
La formalidad es el reconocimiento de lo que existe y la propuesta de hacerlo viable dentro de las reglas.
Vecino, nos encontramos en el monumento al dirigente en la vía Bicentenario, minuto de silencio por los dirigentes barriales que la pandemia del nuevo coronavirus se llevó durante el 2020, 2021 y 2022.