La pandemia nos ha enseñado que las labores escolares presenciales son mucho mejores que las virtuales. El nivel de enseñanza es distinto y los logros de aprendizaje no tienen punto de comparación.
Además nos ha enseñado que las distancias entre colegios públicos y privados respectos a las tecnologías de la educación son muy distintas. En algunos casos se tenían plataforma educativas y en otras solo mensajes de texto.
Sin embargo esta semana nuevamente se volvió a las clases virtuales debido a las protestas de algunos gremios en contra de la delincuencia. Pedidos que se comparten pero no con protestas de tres días, ello es un despropósito sabiendo que hay personas que viven del día a día.
Y lo peor de todo es que no ha concentrado una buena cantidad de personas, excepto el primer día, miércoles 13 de noviembre, allí si hubo miles de personas que se movilizaron por diversas calles de Arequipa, creo que justificada la suspensión de labores durante esa fecha.
¿Pero porque la señora Cecilia Jarita o los funcionarios de la Gerencia Regional de Educación o el Gobierno Regional de Arequipa, decidió suspender tres días las clases presenciales?. ¿Con quién querían congraciarse? Alguien me dirá que está bien como medida de precaución por los que pudiera pasar.
Habría que saber cuántos niños no pudieron conectarse a una plataforma educativa o a internet, porque no tienen las herramientas necesarias y peor aún cuanto si prestaron atención los dos días a sus clases. Es un daño que se hace a la niñez por el capricho de las autoridades.
En Arequipa, algunos colegios desacataron el comunicado de la gerencia de Educación y creo que está bien porque en algunos distritos no hubo ningún problema con las diversas actividades.
A finales de agosto del año 2020, año de la pandemia, el director de Gestión Pedagógica de la Gerencia Regional de Educación de Arequipa, Wilver Gómez Castillo, declaró que hasta aquel momento eran 14 484 los estudiantes que no habían podido ser contactados desde que inició el año escolar. De ese total, 9294 alumnos estaban matriculados en instituciones públicas y 5190 en colegios privados.
Démonos cuenta el daño que le estamos haciendo a los niños y jóvenes, no es lo mismo estudiar virtualmente que de forma presencial.