La universidad más importante de Arequipa y del sur del país ha iniciado labores académicas este lunes 8 de abril. Cerca de 27 mil estudiantes universitarios empezaron un nuevo año académico en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Un nuevo año siempre trae nuevas metas, sueños, aspiraciones, pero también nuevas oportunidades y perspectivas que pueden ayudar al proceso de enseñanza aprendizaje.
Una de esas nuevas herramientas (y a la vez retos) es la famosa inteligencia artificial (IA). El uso adecuado de la IA en la educación, no solo superior, sino también básica, abarca una amplia gama de aplicaciones que pueden ayudar a mejorar el proceso de enseñanza y el aprendizaje, si tanto los profesores y estudiantes saben usarlas. Por ejemplo, la IA adapta el contenido y la entrega de la enseñanza según las necesidades individuales de cada estudiante. Esto implica la creación de rutas de aprendizaje personalizadas, recomendaciones de recursos y actividades, y retroalimentación específica para cada alumno. Ligado a lo anterior, los chatbots y sistemas de tutoría virtual basados en IA proporcionan asistencia instantánea a los estudiantes en cualquier momento y lugar (lo asincrónico y atemporal vuelven a cobrar la misma importancia que lo tuvieron en tiempos de pandemia).
Bien, ya hablamos un poco acerca de la ayuda a los estudiantes; pero, ¿en qué medida la IA podría ayudarnos a los profesores? Dado que la IA analiza grandes cantidades de datos, nos podría ayudar identificando patrones de aprendizaje, áreas de dificultad y progreso de los estudiantes; de tal forma que personalicemos nuestra enseñanza y realicemos intervenciones particulares en determinados momentos del proceso. La IA nos podría ayudar a crear contenido educativo de alta calidad, como materiales de estudio, ejercicios y evaluaciones; lo que nos ahorraría bastante tiempo y recursos, y ayudaría a que nuestros materiales sean relevantes y efectivos.
Evidentemente existen muchas más ventajas de las ya mencionadas; sin embargo, también existen varias dificultades, como esperar que la IA haga todo el trabajo, tanto de estudiantes (quienes ya la usan) y de profesores. Recordemos que la fuente de información de la IA es el internet del cual sabemos cerca del 80 % de contenido es basura. La verificación de la información que nos brinde la IA deberá hacerse con responsabilidad y ética, valores que por ahora siguen siendo exclusivamente humanos.