Desde que Perú ingresó a APEC en 1998, su comercio con Asia-Pacífico ha crecido de manera significativa. Con tratados de libre comercio (TLC) con países como Estados Unidos, China y Japón, miles de microempresas, pequeñas y medianas empresas peruanas han encontrado nuevos mercados y reducido costos. No obstante, la importancia de APEC va mucho más allá de las exportaciones: también impulsa políticas de desarrollo inclusivo que benefician a sectores históricamente desatendidos.
Entre los beneficios clave de APEC está la Tarjeta ABTC, que facilita a empresarios peruanos el acceso a economías de la región sin necesidad de visa. Esta herramienta no solo simplifica la movilidad, sino que también destaca al Perú como un actor comprometido en el comercio global. Cada vez más empresas peruanas están compitiendo en el mercado internacional, aprovechando las oportunidades que APEC ofrece para innovar y crecer.
Un logro importante es la inclusión de mujeres y jóvenes en el desarrollo empresarial. A través de premios y programas, APEC promueve la equidad y la innovación, apoyando también la “Silver Economy”, que se centra en los adultos mayores y personas con discapacidad. Así, APEC demuestra que el crecimiento económico debe incluir a todos para ser realmente sostenible.
Sin embargo, Perú debe seguir avanzando en desarrollo tecnológico e innovación. La competencia global es cada vez mayor, y para mantener el ritmo, el país debe aprovechar las oportunidades que APEC brinda. Perú tiene en APEC una plataforma invaluable, pero queda en sus manos convertir esta integración en un motor de crecimiento para todos los peruanos.
Hay mucho que hacer en el foro, esperemos que el Gobierno sepa aprovechar la visita de las 21 economías.