Culminamos la primera semana del año y hay un reto pendiente para nuestras autoridades. Se trata de combatir los estragos del Fenómeno El Niño. Aunque se advirtió que podría disminuir los efectos devastadores que se anunciaban durante el 2023, lo cierto es que todavía tenemos sobre nosotros la sombra de déficit de lluvias en el sur del país y abundantes precipitaciones en el norte.
Normalmente, durante esta época del año ya teníamos lluvias en las zonas altas y en la ciudad. Sin embargo, el calor se mantiene intenso lo que incrementa las alertas por alta radiación y mayores valores en las temperaturas. Esto tampoco permite hablar de suficiente abastecimiento hídrico pues el agua con la cual regamos nuestras plantas termina evaporándose más rápido en perjuicio de nuestras plantas.
Este hecho, que pareciera muy simple, se repite a nivel de nuestros cultivos y pone contra las cuerdas al sector agricultura. En estos momentos, tal vez no veamos los efectos de esta situación, sin embargo, si la situación se mantiene crítica, en los próximos meses no se podría sembrar al mismo nivel que en anteriores años.
Aunque los pronósticos pueden resultar alarmistas, sobre todo si tenemos en cuenta que se están presentando algunas precipitaciones en las zonas altas, lo cierto es que solo así se logrará llamar la atención de las autoridades para solucionar los problemas derivados de El Niño. Si la situación sigue así, lo más afectado será la despensa del país, ya golpeada en años anteriores por sucesivas crisis.
Resulta necesario el compromiso de todos para evitar que lleguemos al peor escenario. Nuestros gobernantes tienen en sus manos el poder para hallar soluciones que beneficien a la mayor cantidad de agricultores en el país. Esto debe ponerse en práctica aunque los efectos de El Niño bajen en intensidad, el sector agro nos necesita desde siempre.