El reciente anuncio del alcalde Víctor Rivera sobre su propuesta para abordar el congestionamiento vehicular frente a las comisarías de Palacio Viejo y Santa Martha deja más dudas que certezas. Aunque se reconoce la intención de mejorar la transitabilidad en estos puntos críticos de la ciudad, la falta de una visión integral y de alternativas viables pone en entredicho la eficacia de la propuesta.
El problema del tráfico frente a estas comisarías no es nuevo. Durante años, la presencia de vehículos oficiales y de ciudadanos que sufren la incautación de su vehículo ha generado caos, afectando no solo a los conductores, sino también a los peatones y comercios cercanos. Sin embargo, la solución no puede limitarse a desplazar el problema a otras zonas, quitando espacio a las zonas azules que aligeran la carga vehicular en el Cercado; sino atacarlo desde su raíz.
¿Por qué no considerar el uso de propiedades subutilizadas de la Beneficencia Pública como espacios para estacionamientos exclusivos para las comisarías? En específico el íntegro del inmueble del exhotel Presidente, estas áreas podrían adaptarse para albergar los vehículos oficiales y de visitantes, descongestionando las vías principales. Además, la implementación de convenios entre la municipalidad y entidades privadas podría facilitar la creación de estacionamientos temporales o alternativos cercanos, permitiendo un flujo vehicular más ordenado.
Igualmente, se podría gestionar la reubicación parcial de la USE en la calle San Juan de Dios hacia sectores menos congestionados del centro, optimizando su accesibilidad sin impactar negativamente la transitabilidad en zonas altamente concurridas. Estas medidas, en conjunto, permitirían una solución sostenible y eficiente al problema del tráfico frente a las comisarías.
Es preocupante que las autoridades municipales sigan presentando propuestas improvisadas, sin consultar a los vecinos ni a los afectados directos. Arequipa merece un liderazgo que escuche y actúe con responsabilidad, priorizando el bienestar de todos. El tráfico frente a las comisarías no es solo un problema de movilidad, sino un reflejo de la necesidad de una gestión más eficiente e inclusiva.
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