En un tiempo relativamente rápido el expresidente y dictador Alberto Fujimori se ha recuperado milagrosamente de todos los males que aquejaban su salud y que motivaron el ilegal indulto presidencial que le fuera otorgado por Pedro Pablo Kuczynski, allá en la noche buena del 2017.
Esta semana el exrecluso Fujimori se ha incorporado oficialmente a las filas del partido político de su hija, Fuerza Popular. Todos los fujimoristas, de antaño y los de ahora, han saludado y felicitado que el papá se haya inscrito en el partido de la heredera. Es evidente que no lo hace solo para ser un simple y mortal militante, la intención es clara: postular a algún cargo de elección popular y, de esta manera, lograr inmunidad en los procesos judiciales que aún tiene pendientes. La pantomima de la enfermedad terminal que sufría el dictador no le va a durar mucho, más aún cuando ya está empezando a tener una vida política más activa, lo cual requiere cierto nivel de desgaste físico y mental que, evidentemente, un enfermo real no estaría dispuesto a sufrir. Pero más allá de lo que el fujimorismo quiera, está la pregunta ¿podrá Fujimori ser candidato a algo? Pues la respuesta es negativa. El indulto otorgado lo que hizo es perdonarle la condena, es decir, el tiempo que aún le faltaba por estar en la cárcel hasta cumplir su condena. El indulto, bajo ningún concepto, anula la sentencia: es un criminal, un delincuente, un corrupto, un asesino, y ello no lo borra nadie. Todos los abogados constitucionalistas serios que quedan en este país sostienen los argumentos anteriores.
Uno que otro tinterillo, seguramente pagado por el actual legislativo o el ejecutivo fujimorista defendería el caso de que Fujimori está habilitado para postular; en fin, de todo hay. Pero la otra gran pregunta es ¿los electores votarían por Alberto Fujimori? ¿La ciudadanía podrá rebajarse moralmente hasta el subsuelo de la dignidad para elegir a un corrupto, asesino y violador de derechos humanos? ¿Tan mal estamos como sociedad como para si quiera considerar la opción de elegir a un dictador para algún cargo público en democracia? ¿Tan poco nos valoramos los peruanos para llevar al poder a una mafia que ha robado miles de millones durante más de 10 años? ¿Tan poca memoria tenemos para olvidar las tropelías que hizo Fujimori con Montesinos en los años noventa?
Los fujimoristas están muy seguros de que Fujimori puede ser un candidato digno de competir en las probables elecciones del 2026, espero que de ser el caso les demostremos que aún tenemos algo de dignidad como para no votar por el dictador ni por nadie de esa casta mafiosa.
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