En las últimas semanas, el gobernador regional de Arequipa, Rohel Sánchez, ha sido objeto de fundadas acusaciones de corrupción. Estas denuncias han sacudido a la región y han generado un profundo descontento entre los ciudadanos, quienes exigen una pronta respuesta y justicia ante estos hechos. La corrupción es un cáncer que afecta gravemente el desarrollo y el bienestar de nuestra región, por lo que resulta imperativo abordar estas acusaciones con seriedad y determinación.
Es importante recordar que las acusaciones de corrupción no solo afectan a los individuos involucrados, sino también al prestigio y la imagen de Arequipa en su conjunto. Nuestra región cuenta con un valioso patrimonio cultural, paisajes impresionantes y una economía pujante. Sin embargo, si la corrupción no se combate de manera enérgica, estos activos se verán opacados por un velo de desconfianza y desesperanza. Los inversionistas evitan regiones con altos índices de corrupción, lo que dificulta el crecimiento económico y la generación de empleo. Para enfrentar la corrupción, es necesario fortalecer las instituciones encargadas de la fiscalización y el control, así como promover una cultura de integridad y transparencia. Los ciudadanos deben estar informados y realizar control o fiscalización efectiva de sus autoridades. Además, se requiere de una justicia independiente y eficiente, capaz de procesar los casos de corrupción de manera expedita y ejemplar. La lucha contra la corrupción no es tarea exclusiva de las autoridades.
La sociedad civil, los medios de comunicación y las organizaciones ciudadanas deben ser aliados en este combate. La corrupción solo podrá ser erradicada si existe una colaboración activa y constante entre todos los actores involucrados. La presión ciudadana y la exigencia de rendición de cuentas son herramientas poderosas para promover la transparencia y castigar los actos de corrupción.
Hasta este momento son los medios locales independientes quienes han develado los posibles actos de corrupción del gobernador Sánchez, la fiscalía ha iniciado sendas investigaciones preliminares; sin embargo, el consejo regional (manejado en su mayoría por el partido del gobernador) se ha negado a investigar políticamente estas acusaciones. ¿Acaso intentan replicar el blindaje que el congreso realiza con la presidenta Boluarte? Es necesario investigar a fondo estas acusaciones y, en caso de ser comprobadas, aplicar las sanciones correspondientes. La lucha contra la corrupción debe ser una prioridad de todos los ciudadanos y de las instituciones. Nuestra región no se merece pillos que, aprovechándose de la esperanza de la gente, llegan al poder solo para servirse.