El primer feminicidio de 2024, según las primeras pesquisas policiales, tuvo lugar en una casa de Peruarbo en Cerro Colorado de Arequipa. El crimen fue descubierto la mañana del miércoles 17 de enero.
La brutalidad fue tal que la joven víctima fue asesinada y su cuerpo colocado en una pequeña refrigeradora. El principal sospechoso fue Avelino Auccahuanqui, un sujeto que nunca pagará el crimen contra la joven que no tuvo justicia a tiempo para salvar su vida.
Su autoeliminación ocurrió extrañamente, un individuo sin arrepentimiento, ebrio que terminó con su vida. El sujeto huyó a Cusco y sin tener alguna explicación retornó a Arequipa solo para eliminarse.
Terminado este crimen, la vida de la joven víctima quedó en boca de todos, aquellos que la critican por tener una supuesta relación con su tío, por estar con un varón 10 años mayor que ella. Las críticas no van contra el criminal.
Algo pasa en la sociedad y las autoridades regionales todavía no saben qué hacer para sanar la crisis de salud mental que aumenta en el país.
Los varones con problemas de salud mental creen que las mujeres son objetos y solo deben ser sus títeres, y si piensan distinto a sus requerimientos, las mujeres merecen ser golpeadas o lo peor ser asesinadas.
Los especialistas tienen que unirse en una campaña para evitar un siguiente feminicidio. No más muertes, no maten a más mujeres, solo por creer que son de su propiedad. Nuestra sociedad requiere mejoras en todos los aspectos y una de las principales pasa por combatir la crisis de violencia que se vive en los hogares.