Tener éxito o simplemente tener un negocio genera que los delincuentes se sientan reyezuelos para exigir un pago para dejarlos trabajar. En el país hay centenas de casos de empresarios y microempresarios secuestrados y asesinados por negarse a obedecer las delictivas órdenes.
Muchos no denuncian por temor a ser maltratados en una comisaría y que fuera de ayudarlos, los facinerosos tomen represalias. Es débil el plan estratégico de inteligencia para capturarlos.
La delincuencia está madurando y se hace intocable para ser atrapados por los policías. No obstante, hay un hecho real, no todos los efectivos son indiferentes a dar seguridad. Existe un buen número de oficiales y suboficiales que pueden capturar a esos individuos.
Pero, necesitan que los ciudadanos amenazados denuncien, que les entreguen pistas para detenerlos, si no hay denuncia es difícil ayudarlos.
Los jefes policiales y el Ejecutivo seguramente leen, escuchan y miran las noticias. La Cámara de Comercio de Arequipa, de Lima, de pymes, los alcaldes, las asociaciones de comerciantes han declarado que existe este problema social. Entonces, ¿qué se debe hacer? Hasta el momento es muy pequeña la lucha contra este flagelo.
Para combatir este problema, primero hay que equipar a la Policía que necesita de todo, le faltan vehículos, personal especializado y muchos etcéteras.
Recordemos que el Observatorio de Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior tiene una data acumulada en los tres años, donde denuncias por extorsión aumentaron en más de 390 %. En el 2021 se registraron 4510 casos, y año pasado cerramos con 22 162 casos de personas amenazadas por delincuentes. No sabemos si dentro de esos casos hay víctimas de homicidio, lo que sí sabemos es que es poco lo que hace el Ejecutivo, por ende la crisis social aumenta.
.jpg)
.jpg)
.jpg)
