A los diez días de asumir el cargo, Rohel Sánchez fue elegido presidente de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales, que se define como “una organización plural que promueve las prácticas del buen gobierno, la transparencia y la lucha contra la corrupción”.
En menos de cuatro meses, Sánchez se estrena contraviniendo las prácticas que supuestamente promueve la institución que preside, y falta totalmente a la confianza que los arequipeños depositaron en él, al encargarle la administración de la región, los próximos cuatro años. ¡Es penoso ¡
El gobernador, que si sabe arengar y demandar –como lo hacía en contra del ejecutivo nacional-ahora envuelto en un escándalo, prefiere el silencio. Debuta en su primer trimestre con una pésima ejecución presupuestal en inversiones, que no alcanza ni el 7 por ciento y lo ubica en el puesto 18, de 26 gobiernos regionales.
No obstante, los favores de la “patrona”; lo colocan entre los primeros Gores en ser intervenidos por la fiscalía provincial Corporativa Especializada en Delitos de Corrupción de funcionarios, la intromisión de Luz Marina Zeballos, esposa del gobernador, movilizó a los fiscales especializados, que investigan supuestos direccionamientos en la contratación de servicios y de personal, esperamos que a la brevedad se conozcan los resultados de este trabajo.
Los arequipeños endosaron su confianza a Sánchez, que representa la Academia, por segunda vez, un ex rector dirige la región, Guillén Benavides terminó su gestión y está incurso en un juicio por colusión agravada en el caso Arequipa -La Joya. Cáceres Llica está en prisión, acusado de liderar la organización criminal “Los hijos del Cóndor”.
A la ex gobernadora se le investiga por el caso de “Los Correcaminos del Sur” y en su gestión también se acusó la intromisión de su madre, su asesor Juan Bermejo, hoy prófugo de la justicia, fundó hace seis años el movimiento “Yo Arequipa” que postuló a nuestro actual gobernador.
Tristes coincidencias que no pueden continuar. Sánchez debería asumir su responsabilidad y enmendar de inmediato, gobernar con transparencia, brindando información oportuna y permanentemente, haciendo una verdadera rendición de cuentas, desarrollando capacidades a la sociedad civil en vigilancia ciudadana e implementando una gestión por procesos (que acelere las compras y contrataciones) evitando la burocracia, pero acompañada de un sistema de control interno de seguimiento diario y permanente que advierta y evite posibles irregularidades.
Que el altísimo nos oiga.
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