Esta frase forma parte del coro de una canción que se hizo viral en redes sociales. El mensaje va dirigido a quienes no les va del todo bien en una tarea asignada y terminan recordándonos a todos como estábamos cuando laborábamos por primera vez: con muchas dudas y sin la respuesta eficiente.
También esta frase podría aplicarse a nuestros ilustres ‘padres de la patria’. Actualmente lamentable resulta ver el escenario en nuestro Parlamento donde la mayoría de escaños lucen vacíos porque sus ocupantes están siguiendo las sesiones a “distancia”, de manera “remota”. Solo ellos saben los alcances de estos términos teniendo en cuenta que se trata del primer poder del Estado donde se impulsan leyes para el desarrollo del país.
Dicen que todo tiempo pasado fue mejor y este Congreso parece reafirmarlo. Lejanos han quedado los días en los que grandes personalidades muy preparadas en sus materias debatían ardorosamente pero con el debido sustento legal. Ahora hemos pasado a un Parlamento con pantallas y, en el mejor de los casos, con sus colegas de Lima en modalidad presencial.
Resulta más que lamentable que los denominados “padres de la patria” legislen de manera virtual, sobre todo en temas de mucha importancia para el país como el debate de la ley del presupuesto.
También hemos visto repetirse este ejemplo en las comisiones de trabajo como Ética donde solo dos de los integrantes estaban presentes. Habrá gente que dirá que al final importa la producción legislativa sobre la presencialidad, pero lo cierto es que nuestros parlamentarios tampoco tienen nota aprobatoria en este aspecto.
Debería darse alguna medida para que la presencia de los legisladores sea obligatoria en, al menos un porcentaje de sesiones. Si la norma existe debería cumplirse por el bien del poder Legislativo y del país que busca salir de la crisis política.
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