La noticia que conmocionó el fin de semana ha sido la muerte de una estudiante a manos de un joven. Ambos apenas habían pasado a la mayoría de edad y llegaron a este lamentable desenlace que arruinó a dos familias para siempre.
Varias versiones se han tejido desde el momento que fue hallado el cuerpo de la joven de 18 años en el campus de Ingenierías de la Unsa. Primero se hablaba de una relación de pareja para luego pasar a un sentimiento no correspondido. Lo único cierto es que nunca se debió llegar a este triste final para los involucrados.
De acuerdo a información del programa Aurora, del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), hasta mediados de setiembre sumaban 14 feminicidios en Arequipa. Con la pérdida de la estudiante, la triste cifra aumenta a 15 y se convierte en un tema de vital importancia a solucionar en la sociedad. Se necesitan políticas que promuevan la salud mental y la búsqueda de soluciones que brinden tranquilidad en lugar de tragedia, diálogo en lugar de conflicto y confianza en lugar de ataques.
Con apoyo de todos podemos llegar a sumar y proteger a las víctimas de violencia. Este hecho debe servir para reafirmar el compromiso de combatir este flagelo en la sociedad. Así ya no tendremos más víctimas mortales a causa de malas personas que recurren a la muerte como única solución a los problemas.
De igual manera, desde el hogar debe existir el esfuerzo por generar la confianza de todos para contar sus problemas. Así tal vez podamos detectar un posible caso de violencia y proteger a las potenciales víctimas. Con estas y otras alternativas debemos trabajar para brindar tranquilidad a todos. Está en manos de la ciudadanía y autoridades lograr que nuestra sociedad crezca para un mejor desarrollo familiar y comunal.