La localidad de Secocha ubicada en la provincia de Camaná es una zona abandonada por las autoridades y Policía no solo de áreas como salud y educación sino también de seguridad, incluso vecinos de la zona saben que dicho pueblo es sinónimo de delincuencia. Durante los últimos años hemos sido testigos como la minería informal ha escalado a niveles nunca pensados junto con la inseguridad ciudadana.
Así vemos con preocupación lo sucedido con una exitosa banda musical arequipeña llamada Grupo G que luego de realizar su presentación fue asaltada por facinerosos que no dudaron en disparar a dos de sus integrantes, los cuales actualmente luchan por su vida. Los delincuentes no solo querían robar sino masacrar, se sabe que los secuestraron y abandonaron en una playa, allí pese a tener aterrorizados a los músicos les dispararon en la frente y pecho. Lamentablemente no se pudo dar con los autores de este ataque y todo hace indicar que la situación seguirá así durante las próximas semanas.
Sin embargo, Secocha no es el único lugar donde la delincuencia amenaza convertirse cada vez más sanguinaria porque tampoco se pudo identificar a los asaltantes del comerciante cusqueño que murió asesinado por delincuentes que le dispararon en el cuerpo a inicios de esta semana. Su familia también pide justicia, pues al parecer el dueño del camión -que iba a comprar la víctima- decidió desaparecer los $42 mil que llevaba el occiso y dicho propietario aprovechó el pánico del momento, según los familiares del abatido.
Estos hechos son solo una muestra del avance de la delincuencia en Arequipa. De igual manera los métodos que usan los facinerosos cada vez son más crueles. Si antes recurrían al denominado cogoteo hoy disparan a matar a sus víctimas sin importarles acabar la vida de padres, madres, hermanos e hijos que son el sostén de un hogar. Autoridades y población tienen un duro trabajo para seguir enfrentando este flagelo de la sociedad. Ningún acto delincuencial debe quedar impune y por ello se necesita el compromiso para acabar con los actos delictivos. Ahora más que nunca necesitamos a la Policía.