Lo ocurrido con la agresión a la mandataria Dina Boluarte sigue levantando polvo y desató un movimiento de fuerte magnitud en el aparato policial, uno de los principales responsables de no haber prevenido el ataque que nos ha puesto en ridículo a nivel mundial.
En la Resolución Suprema n.º 019 se muestran argumentos muy contundentes para la salida del comandante general de la Policía Nacional del Perú, Jorge Angulo. Se detallan términos como negligencia y falta de idoneidad que han llevado a que el mando policial sea reemplazado por el arequipeño Víctor Zanabria Angulo.
Más allá del hecho que precipitó este cambio en la Policía, lo cierto es que durante los últimos meses se dieron una serie de situaciones que demuestran la necesidad de buscar un cambio de timón. La inseguridad ciudadana avanza a pesar de las declaratorias de emergencia. Esto se ve reflejado en ataques de sicarios, enfrentamientos a balazos por los cupos de la modalidad del ‘gota a gota’, robos al paso y un largo etc.
Lo preocupante es que toda la atención de la agenda nacional se ve dirigida al ataque que sufrió la mandataria. A un lado quedaron los ataques de la delincuencia.
Indudablemente en ambos casos hubo una falta de planificación absoluta para prevenir los escenarios que atentan contra nuestra seguridad.
Se pudo evitar que la presidenta viaje a un lugar donde se sabe que no la quieren debido al contexto generado por las muertes durante las protestas y también se pudo buscar mejores estrategias para combatir la criminalidad. Ni lo uno ni lo otro pasó.
Esperemos que las modificaciones hechas en la Policía sumen a favor de la lucha contra la inseguridad que, como hemos visto, afecta incluso a la primera autoridad del Perú.
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