Escribe: María Coaguila Torres
Hay ocasiones donde la vida te pone pruebas en tu camino que te hacen querer darte por vencido. Gladys Tito utiliza esas pruebas y las convierte en un poderoso motor que impulsa su camino junto con su hija, quien enfrenta el mundo sin sonido. Con cada amanecer, ella elabora pulseras de amor y dedicación, que le ayudan a darle a su hija la fuerza necesaria para desafiar las adversidades y encontrar su propio camino hacia la luz.
¿Por qué decidió trabajar haciendo pulseras y collares? Siempre me ha gustado hacer collares y pulseras, nadie me enseñó. En el 2008, personal del concejo visitó mi casa preguntando si sabía hacer una manualidad y me dijeron que podía enseñar en la casa del adulto mayor en José Luis Bustamante y Rivero, y desde ese momento vengo enseñando todos los martes a personas mayores y jóvenes. Les ayuda a olvidarse de los problemas por lo menos unas horas, además a mí también me ayuda a distraerme con ellos.
¿Cuántos años tenía cuando fue mamá y cuántos hijos tiene actualmente? Tengo 2 hijas a las que quiero mucho. La mayor no puede escuchar y la menor vive actualmente con su familia, quedé embarazada muy joven cuando tenía la edad de 18 en el año 1976.
¿Cuándo se enteró que su hija mayor no podía escuchar? Mi pequeña Carmelus, me di cuenta que no podía escuchar nada cuando cumplió 8 meses de nacida, me sentí terrible y preocupada, como era joven, no sabía qué hacer ni cómo afrontarlo, tenía miedo por lo que pasaría.
¿Cuál fue el desafío que enfrentó como madre? En el 2015 le detectaron cáncer a mi hija, fue y es muy doloroso, es lo peor que a una madre le puede pasar, ese momento no le encontraba sentido para seguir viviendo, pensé que mi hija se podia morir. A veces pienso que Dios me puso una prueba y durante casi 5 años luché al lado de mi Carmelus asistiendo a las 31 quiometerapias y las 21 radioterapias, llevándola a las 7 de la mañana al hospital. Pero en el 2020 su cabellito empezó a crecer, ya se sentía mejor y yo también me sentía tranquila.
¿Cuáles fueron las incomodidades por las que pasó como madre? Desde que mi hija era pequeña siempre he sentido las miradas de las personas, cuando salía a caminar o al parque, los demás miraban despectivamente a Carmelus, me hacían sentir incómoda y molesta por cómo la miran. Creo que hasta que no les toque, a sus hijos o algún familiar, no van a aprender. Porque se tienen que quedar mirando, porque si son personas igual a ti, solo que no pueden hablar.
¿Cómo es la rutina que adquirió viviendo con su hija? Desde que nos levantamos estamos juntas y vamos para todo lado, desde que nació fue así. Lo que me sorprende y me enorgullece de Carmelus es que posee un séptimo sentido, ella es independiente. Por ejemplo, cuando estamos cocinando mi hija viene con el cucharón sin mencionarle algo, con señas me dice: “Yo pienso”.
¿Qué mensaje te gustaría enviar a otras madres que enfrentan desafíos similares? Para todas las mujeres y madres lo primero es tener paciencia con nuestros hijos para poder superar estás situaciones, además de brindarles fuerza constantemente. Darles a conocer que nosotras estamos con ellos para ayudarlos a que salgan adelante y lo importante es nunca darse por vencidos, a pesar que las cosas no se vean bien, seguir luchando con ellos porque pronto va a pasar.
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