Matilde Luque Villasante es árbitra, su principal característica es ser disciplinada y ahora quiere transmitir esa mística a los demás integrantes del referato arequipeño, pues desde hoy es la presidenta de la Comisión de Árbitros de Arequipa, es la primera vez que una dama se pone al mando del arbitraje mistiano.
¿Qué planes inmediatos al asumir este cargo? Primero, es vital trabajar en equipo, preocupándonos en cada colega. Me dedicaré a alentar una correcta preparación física y teórica de los árbitros. Ellos me conocen desde que estuve en actividad. La disciplina es importante en nuestro trabajo y juntos vamos a buscar el progreso del referato.
¿Por qué decidió ser árbitra? Me gusta mucho el fútbol. Jugaba en el club Melgar. Allí vi a la señorita Pamela que arbitraba en uno de mis partidos, me llamó la atención que una mujer tenga ese temple y averigüé cómo ser parte de este mundo y postulé a la escuela y a los 27 años debuté como árbitra. Fue un momento muy especial en el año 2000.
¿Qué dificultades soportó en sus inicios? En temas de preparación física no hubo dificultades porque siempre fui deportista. Lo complicado fue la hinchada y los jugadores que no aceptaban que una mujer arbitre y había críticas muy fuertes. Cuando uno ingresa a la cancha como árbitra todos te miran y te insultan. Solo se permitía que las árbitras sean asistentes, si eran principales hacían problemas. Por mi inexperiencia lloraba, me preguntaba por qué creen que las mujeres no sirven para arbitrar.
¿Cómo superó esas críticas? Recuerdo dos momentos. En una liga de Characato me dieron la posibilidad de arbitrar el partido principal en el 2012. Por mi falta de experiencia me dejé asustar por un delegado que me pidió dejar ese partido porque era difícil, acepté ese mal consejo. Pero, en otra liga de Cayma, otro delegado sí confió en mi capacidad y y me dio confianza, desde ese momento no dejé que nadie me haga dudar de mi capacidad y fui para adelante y logré éxitos.
¿Logró ser árbitra profesional? Fue difícil subir de categoría de segunda a primera y de allí aspirar a la nacional y lo hice. Me dieron la oportunidad de arbitrar buenos partidos y me fui a Lima donde aprendí mucho y logré ser una árbitra profesional bien rankeada. Me abrieron las puertas por mi capacidad de esforzarme. Era la única árbitra arequipeña a quien le permitieron estar en los partidos más importantes.
¿Ahora se dedica a asesorar a todos los árbitros? A los 45 años un árbitro debe dejar esta carrera. Felizmente, luego me dieron la oportunidad de ser asesora de la Comisión Departamental de Árbitros de Arequipa (Codar). En el 2019 salí de asesora de la Liga 1. Estuve de amateur y seguí un curso acelerado de una semana y me preparé en más cursos, pero todo quedó en espera por la pandemia y el recordado Iladio Ruelas me llamó para apoyar a su comisión. Ahora presido la Codar.
¿Qué mensaje le darías a los interesados en el arbitraje? Es una carretera de sacrificio, lo tienes que sentir en la sangre, en tu alma, como forma de vida para ser parte de este equipo, porque no da grandes beneficios económicos, pero cuando te gusta darás el 100 % y podrás llegar a lo más alto con mucho sacrificio y compromiso.
¿Su orgullo ahora es su hija? Mi Priscila, mi hija, logró ser árbitra de FIFA y brilla, llegó a lo mejor del arbitraje. Es mi orgullo, ella es muy disciplinada. Le gustó lo que hacía y me siguió. Si yo siento que mi alma es del arbitraje, mi hija Priscila lo lleva en cada célula. Ojalá llegue a arbitrar un mundial y sería lo mejor que nos pasará como árbitros.