Juan Diez de Betanzos, nacido entre 1516 y 1519, fue un soldado, cronista y mediador cultural que encarnó el complejo cruce entre el mundo hispano y el Tahuantinsuyo. Llegó al Perú hacia 1532, y pronto destacó no solo por sus servicios militares, sino por su dominio del quechua, que lo convirtió en intérprete habitual de gobernadores y virreyes.
Participó en la defensa de Lima durante la rebelión de Manco Inca en 1536, lo que afianzó su vínculo con los Pizarro. Su vida dio un giro decisivo al casarse con Cuxirimay Ocllo, princesa inca y viuda de Atahualpa, rebautizada como Angelina. A través de ella, accedió a encomiendas, pero sobre todo a un conocimiento íntimo del mundo andino. Figura como uno de los vecinos fundadores de la Villa Hermosa de Arequipa.
Pese a luchar junto a Gonzalo Pizarro, abandonó su causa al percibir su descomposición moral, colaborando luego con Pedro de La Gasca. Su mayor legado fue la “Suma y narración de los Incas”, obra elaborada con testimonios orales recopilados junto con Angelina, considerada la más importante crónica indígena escrita por un español.
Viudo en 1564, contrajo segundas nupcias y dejó numerosa descendencia. Murió en el Cuzco en 1576. Más que soldado o cronista, Betanzos fue un verdadero traductor de culturas: un hombre que convirtió el testimonio en puente, y el lenguaje en memoria viva.