Escribe Dante Zegarra López.
Pedro Barroso nació en Segovia antes de 1503 y en su juventud se sumó a la revuelta de las Comunidades, defendiendo a los comuneros atrincherados en el Alcázar de su ciudad natal. Tras la derrota de Villalar en 1521, buscó fortuna en las Indias. Sirvió a Pedrarias Dávila en la conquista de Nicaragua, donde llegó a ser alcalde de Granada y teniente de gobernador, pero tras la muerte de su protector, partió al Perú en 1534, bien pertrechado con armas, caballos y esclavos.
Siguió a Diego de Almagro en la expedición a Chile y, tras retornar al Cuzco, combatió a Manco Inca durante el cerco a la ciudad. Hombre de trato fino y experiencia militar, representó a los almagristas en sus negociaciones con los pizarristas. Sin embargo, tras la ejecución de Almagro en 1538, Pedro Barroso se alineó con Francisco Pizarro, estuvo en Camaná y participó en la fundación de Arequipa en 1540. También estuvo presente en la segunda fundación de Huánuco.
Asentado en Arequipa, fue regidor en 1547 y alcalde ordinario en 1548. Su nombre no figura en la rebelión de Gonzalo Pizarro, pero sí en los registros del cabildo durante el levantamiento de Francisco Hernández Girón. En 1575 aún reivindicaba sus méritos. Después de eso, su rastro se pierde, pero su nombre quedó escrito en los primeros capítulos de la amplia historia arequipeña.