Pedro Pizarro se enamoró de Arequipa y fue enterrado en La Merced. Nació en Toledo hacia 1514 y era primo de Francisco Pizarro, a quien acompañó como paje en la expedición al Perú en 1530.
Llegó a Tumbes en 1532 y pronto se convirtió en soldado de caballería. Fue testigo de la captura de Atahualpa, participó en la toma y defensa de Cusco, y luchó en la rebelión de Manco Inca.
Intervino activamente en las guerras civiles del virreinato. Combatió en la batalla de las Salinas (1538) contra Diego de Almagro y en la batalla de Chupas (1542) tras el asesinato de Francisco Pizarro.
Rechazó unirse a la rebelión de Gonzalo Pizarro, aunque una carta ambigua jugó en su contra. Pedro de la Gasca, tras derrotar a Gonzalo en Xaquixaguana (1548), le negó recompensas, aunque Pedro obtuvo tierras y encomiendas.
Se estableció en Arequipa, ciudad que ayudó a fundar en 1540, y allí escribió su relación del descubrimiento y conquista del Perú, concluida en 1571, obra clave aunque marcada por su subjetividad.
Tuvo una hija natural y varios hijos legítimos. Murió hacia 1583 y fue enterrado en La Merced de Arequipa del que fue su benefactor.
Sus restos se encontraron en una cripta al pie del altar mayor y evitaron que el templo fuera demolido tras los terremotos de 1958 y 1960.
Su memoria quedó grabada en la historia y en la ciudad de Arequipa que hizo suya por el gran cariño que tuvo por esta tierra.