Pedro Santiago Ramírez es padre, intérprete y docente de música. Muchas personas lo conocen porque lo han visto tocar el piano en las calles del centro histórico de Arequipa. Sus dotes artísticos fueron descubiertos desde muy temprana edad, a los 12 años fue becado para ingresar a una importante escuela de música en Cuba, su tierra natal y desde allí hasta ahora no ha parado.
Cuando culminó sus estudios realizó giras con agrupaciones por diferentes países de Europa, luego se estableció en Venezuela más de 28 años y desde el 2018 vive en Arequipa, Perú.
Usted es padre de dos hijas que viven fuera del Perú ¿Es complicado vivir distanciado de ellas? Sí, es complicado. A veces la soledad te pega. Mi hija mayor vive en Cuba, ella es mamá y tiene 46 años. Mi hija menor tiene 19 años, ella vive en Venezuela, nació cuando yo tenía como 40 años, ahorita está estudiando psicología en la universidad. Las dos son músicos de nacimiento. Cuando la menor tenía tres años, venía y me decía papá yo quiero aprender teclado, guitarra y canto, entonces yo le enseñé. Ella cantaba y dejaba a los demás músicos de mi orquesta que ya eran adultos con la boca abierta, ellos decían no puede ser tres años y canta así. Ahora ella no quiere. Me dijo que no ve a la música como carrera y que va a estudiar psicología y yo respeto su decisión.
¿Qué les diría a sus hijas si las tuviera al frente? Que las adoro, ellas son mis reinas. Me gustaría que la menor venga, pero me dijo que vendrá hasta que termine la universidad. Quisiera tenerlas cerca porque yo no tengo a nadie, tengo amistades, pero familia no tengo.
¿A qué edad empieza usted a formarse en este arte? y ¿en qué momento viene al Perú? Empecé mis estudios en el rubro a los 12 años. Cuando terminé ese proceso y estaba en un grupo tocando, hicimos una gira por Holanda, Bélgica, Alemania y Austria. Me retiré del grupo porque algunos músicos bebían antes de presentarnos y eso no me gustaba. Yo vine al Perú porque me llamaron para integrar una banda, que se desintegró por la misma razón a los 7 meses. Ahora estoy haciendo otra orquesta que va tocar cumbia, salsa, merengue y un grupo de música cubana. Yo estoy preparando estrictamente a los cantantes.
¿Cuando su hija nació, tuvo alguna dificultad en su carrera? Yo nací músico, el cuerpo me lleva a eso. Ahora estoy metido en la música con cuerpo, alma y corazón. Pero cuando vivía en Cuba y tenía 19 o 20 años, estaba a punto de dejar la música porque la gente asociaba este arte con la borrachera, me lo decían malintencionadamente y eso me hacía sentir mal. Hasta que vino un amigo y me dijo usted es un artista, los artistas nacen artistas se desarrollan a través del tiempo con clases y técnica, tú eres un artista y si tú dejas eso es porque te quieres morir y quieres dejar a tu hija sola y te vas para el cementerio.
¿Sus padres se opusieron a que usted se dedique a la música? A los 12 años ingresé a la escuela de Artes en Cuba. El director le dijo a mi madre, señora, su hijo se ha ganado una beca para la escuela de arte de nivel primaria, secundaria y universidad y mi mamá firmó y me mandó. Recuerdo que mi padre me habló muy feo de este arte pero yo me aferré y le dije voy a ser músico.