Perú

Anécdotas del día de la jura de la independencia

Conoce los secretos de aquel 28 de julio que ocurrió con San Martín, un caballo nervioso y la bandera que cayó al pueblo

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DIARIO VIRAL

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El 28 de julio de 1821 no fue solo un día de discursos solemnes y banderas al viento. Detrás de la gran ceremonia en la Plaza Mayor de Lima, ocurrieron sucesos curiosos, dramáticos y hasta cómicos que pocos libros de historia relatan. Estas son las anécdotas más fascinantes de aquel día que cambió al Perú para siempre.

1. EL CABALLO “INDEPENDENCIA” QUE CASI DERRIBA A SAN MARTÍN. Momentos antes de la proclamación, el general José de San Martín montó su caballo favorito, un corcel blanco llamado “Independencia”. Sin embargo, el animal, nervioso por el bullicio de la multitud, se encabritó y estuvo a punto de lanzar al Libertador al suelo.

San Martín, sereno como siempre, controló al caballo con un tirón firme de las riendas y, según testigos, le susurró algo al oído, tras lo cual el animal se calmó. Un soldado gritó: “¡Hasta los caballos de San Martín defienden la libertad!”, provocando risas y aplausos. 

2. LA BANDERA QUE SE CAYÓ Y EL DISCURSO IMPROVISADO. Cuando San Martín desplegó la primera bandera peruana (aún con diseño provisional), un fuerte viento la arrancó del asta y la hizo caer sobre la multitud.

Muchos lo vieron como un mal presagio, pero el general, rápido de reflejos, gritó: “¡El pueblo ha recogido su bandera! ¡Que nunca más caiga!”

La gente estalló en vítores, y el incidente se convirtió en un símbolo espontáneo de la unión entre el pueblo y la patria.

3. EL SACERDOTE QUE SE NEGÓ A TOQUE LAS CAMPANAS. Las órdenes eran claras: todas las iglesias de Lima debían repicar sus campanas al mediodía para celebrar la independencia. Pero el párroco de San Marcelo, un español leal a la Corona, se negó rotundamente.

San Martín, informado del hecho, envió a un grupo de milicianos. El sacerdote fue sacado a la fuerza y reemplazado por un clérigo criollo, quien finalmente hizo sonar las campanas.

Desde entonces, se cuenta que en las noches del 28 de julio, el fantasma del cura español ronda la iglesia, lamentándose por “haber perdido el Perú”.

4. LA MUJER QUE GRITÓ “¡VIVA EL REY!” Y LA ARRESTARON POR EBRIA. En medio de los vivas a la patria, una mujer borracha, conocida como “La Tapada” (por usar el tradicional velo limeño), gritó: “¡Viva el Rey Fernando VII!”.

La multitud se enfureció, pero cuando los soldados la detuvieron, descubrieron que estaba tan ebria que ni recordaba dónde estaba.

San Martín, en un gesto de clemencia, ordenó que la liberaran, diciendo: “La libertad también es para los que no la entienden... todavía.”

5. EL BANQUETE DONDE SIRVIERON CEVICHE... PERO SIN LIMÓN. Esa noche, en el banquete oficial en el Palacio de los Virreyes, se preparó un gran festín con platos criollos. Sin embargo, hubo un problema: no había suficiente limón para el ceviche. El cocinero, desesperado, usó naranja agria en su lugar, y muchos invitados se quejaron del sabor "dulzón". 

San Martín, sin inmutarse, brindó con pisco puro y bromeó: "Si la independencia sabe así, ¡mejor no la mezclemos con nada!"

6. EL NIÑO QUE SUBIÓ AL BALCÓN Y ABRAZÓ A SAN MARTÍN. En el momento más emotivo, un niño de no más de 10 años, hijo de un soldado del Ejército Libertador, se escapó de entre la multitud y trepó al balcón donde estaba San Martín.

El general, en vez de reprenderlo, lo alzó en brazos y lo presentó a la gente, diciendo: "¡Este es el verdadero dueño del Perú que nace hoy!".

El niño, Pedro Aguilar, años después se convirtió en un oficial del ejército peruano y siempre contaba esta historia con orgullo.

7. LA CONFUSIÓN DEL ACTA DE INDEPENDENCIA: ¿FIRMARON TODOS VOLUNTARIAMENTE? Aunque el acta de independencia fue firmada días antes por más de 300 notables, varios lo hicieron por miedo o presión.

Se cuenta que un comerciante español, don Ramón de Arias, firmó pero luego escribió en su diario: "Lo hice por no perder mis tierras, pero mi corazón sigue siendo fiel al rey".

Otro firmante, el marqués de Villahermosa, puso su nombre... pero con una tinta especial que se desvanecería con el tiempo, como un acto de rebeldía silenciosa.

8. DON HILARIO DE LA QUINTANA Y MENDOZA EL ESPÍA FUSILADO. Fue el último corregidor realista de Huacho (1819-1821). Conspirador descubierto: Fue sorprendido organizando un complot para envenenar los pozos de agua que abastecían a las tropas patriotas en Lima.

Ejecución sumaria: Fusilado al amanecer del 28 de julio en los arenales de Bellavista (hoy distrito del Callao) por orden directa de Bernardo Monteagudo.

Traicionado por su amante: Una joven huachana llamada Manuela Ostolaza lo delató al descubrir cartas dirigidas al virrey La Serna escondidas en un rosario hueco.

Últimas palabras: Según el diario del capitán Juan de Dios Elías (testigo de la ejecución), De la Quintana gritó antes de morir: "¡Viva el Rey, muera la canalla revolucionaria!".

Castigo ejemplar: Su cuerpo fue dejado 3 días en la picota como advertencia a otros realistas.

La ironía histórica: Su hijo, Lorenzo de la Quintana, se unió después al ejército patriota y luchó en Ayacucho (1824), borrando el "apellido infame" de la familia.

Conclusión: La Independencia fue también una Fiesta del Pueblo

Más allá de los discursos y documentos, el 28 de julio de 1821 fue un día lleno de vida, errores, risas y gestos humanos. San Martín no solo fundó una nación, sino que supo manejar con astucia y humor los imprevistos de la historia.

¡Viva el Perú libre... y sus anécdotas!

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