Moquegua se prepara para un paro regional que busca marcar un antes y un después en su historia. La gobernadora, Gilia Gutiérrez Ayala, los alcaldes provinciales y distritales han cerrado filas para respaldar las demandas de la sociedad civil que exigen atención inmediata del Gobierno central. El 14 de agosto será la fecha clave en la que la región se unirá para exigir soluciones a problemas que llevan años sin resolverse.
Entre las principales demandas figuran la inclusión de temas críticos en la agenda de diálogo con la Presidencia del Consejo de Ministros: la contaminación del río Coralaque, el proyecto minero Huatipuka, la mesa de diálogo del proyecto San Gabriel y la reposición de recursos recortados al presupuesto de inversión de Moquegua.
Las autoridades insisten en que estas conversaciones cuenten con la presencia de ministros y técnicos que puedan garantizar acuerdos reales y sostenibles.
Mientras en Moquegua se preparan movilizaciones y bloqueos estratégicos, en Ilo la historia toma otro rumbo. La provincia costera ha decidido no sumarse oficialmente al paro, asegurando la continuidad de actividades como el transporte, el comercio, la pesca y el trabajo portuario. Sin embargo, algunos sectores de la provincia han mostrado simpatía por la protesta, manteniendo un clima de expectativa.
El 14 de agosto no será solo un día de paralización, sino un llamado de atención al país. Moquegua quiere que su voz resuene en Lima y que las promesas de diálogo se traduzcan en acciones concretas. Para la región, esta fecha representa una oportunidad histórica para lograr compromisos que garanticen desarrollo, justicia ambiental y una verdadera descentralización.