En un hecho que ha conmocionado a los vecinos del distrito Gregorio Albarracín Lanchipa, en Tacna, la Policía capturó a Jackeline Edith Apaza Calizaya (38), quien confesó haber asesinado a su “amiga” Yudith Milagros Pérez Machaca (46) en una vivienda de la asociación Primero de Julio. La víctima, madre de familia, fue atacada con un arma blanca en el cuello tras una presunta pelea entre ambas.
Junto a Apaza, también fueron intervenidas Patricia Quiñones Condori (50) y Mónica Gladys Layme Morocho (50), quienes estaban presentes el día del crimen, pero abandonaron el lugar. En sus declaraciones, ambas afirmaron haberse quedado dormidas y solo reaccionaron al ver a la víctima gravemente herida. “Ya estaba desangrándose cuando intentamos ayudar”, relató Quiñones.
Durante el interrogatorio policial, Apaza terminó admitiendo su responsabilidad. Según dijo, la discusión se tornó violenta y usó un arma blanca contra Yudith. Esta confesión fue clave para que el Ministerio Público solicitara la ampliación de su detención preventiva por siete días, mientras se reúnen más elementos para formalizar la acusación.
Lo más alarmante del caso es que Apaza Calizaya ya tenía antecedentes penales. En 2011 fue detenida por integrar una banda de peperas, y en 2017 por intentar ingresar droga a Arica, actuando como “burrier”. Estos antecedentes agravan su situación legal y fortalecen la hipótesis fiscal de peligrosidad procesal.
La Fiscalía y la Policía han intensificado las diligencias para esclarecer el grado de participación de las otras dos mujeres detenidas. Mientras tanto, los restos de Yudith Pérez fueron entregados a sus familiares, quienes exigen justicia y condena ejemplar.
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