El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) fue presidido por personas cuestionadas que no duraron en el cargo. Esto fue uno de los factores para que no haya avance y el 2023 cierre con cifras negativas de desempleo.
El primero en asumir fue Eduardo García, quien renunció por las muertes en las protestas contra el régimen de Dina Boluarte. En su reemplazo el Ejecutivo nombró Luis Adrianzén que fue denunciado constitucionalmente por la Fiscalía.
Dicho ministro solicitó personalmente a Aurelio Orellana, entonces presidente de Essalud, que pague más de S/41 millones a la compañía Aiona pese a haber incumplido contrato para entregar pruebas contra la covid-19. Por ello es investigado por el delito de aprovechamiento del cargo y negociación incompatible. En este caso también está involucrado el premier Alberto Otárola.
Adrianzén prometió más formalidad y empleos, pero resaltó más por sus cuestionamientos y sindicatos pidieron su salida. Es menester mencionar que Adrianzén trabajó para Otárola antes de ser ministro.
Su sucesor fue Antonio Vela, que no tenía experiencia en el sector público, pero sí un amplio historial de trabajo en ámbito privado. Él fue cuestionado por su tesis que tenía el 54 % de plagio. En respuesta, Vela dijo que el medio que sacó dicha acusación no sabía usar el programa Turnitin y que su trabajo solo tenía 20 % de similitud.
Vela solo duró cuatro meses en el cargo y su reemplazo fue el actual ministro Daniel Maurate, que solo rotó, ya que primero lideraba el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Desde que entró al gobierno de Dina Boluarte, Maurate fue cuestionado porque tenía llamadas con implicados en el caso ‘Cuellos Blancos’. Maurate conversó 28 veces con César Hinostroza, 33 con Alberto Chang y 15 con Antonio Camayo. En su defensa, Maurate dijo que solo se comunicaban por las ‘pichangas’. Pese a los cuestionamientos, el Gobierno lo sigue manteniendo en el cargo.
.jpg)
.jpg)
.jpg)
