En un acto de devoción que desafía la altitud y el frío, miles de fieles católicos ascendieron hasta los casi 5000 metros sobre el nivel del mar para rendir homenaje al Señor de Qoyllur Riti, cuya imagen sagrada reposa en el paraje de Sinak’ara, al pie del nevado Colkepunku, en la provincia cusqueña de Quispicanchi.
Conocida como “la peregrinación más grande del mundo”, esta manifestación de fe congrega cada año a comparsas, cuadrillas de danzantes, familias enteras y turistas provenientes del sur del Perú y del extranjero. Desde la ciudad del Cusco, los peregrinos se movilizan en camiones y buses hasta Mahuayani, punto de partida de una exigente caminata de casi nueve kilómetros por un angosto camino de herradura.
Este año, la travesía estuvo marcada por la caída de nieve, fenómeno conocido localmente como “acarapi”. La precipitación sorprendió a muchos, tiñendo de blanco el paisaje y otorgando un aura mística al ascenso, aunque también generó preocupación por posibles afecciones respiratorias.