Según el Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”, la depresión en niños y adolescentes es el primer problema de salud pública en el Perú.
Esta enfermedad genera un trastorno mental que afecta el estado anímico de una persona. Varía de forma notable, según se trate de niños o personas mayores, también según el género o el padecimiento de un mal o discapacidad.
Según el psicólogo Andrew Solomón (uno de los mayores investigadores del tema) la depresión se caracteriza por la falta de voluntad y vitalidad.
A nivel nacional más de 1 700 000 personas presentan síntomas depresivos, mientras que uno de cada ocho niños o adolescentes presenta episodios depresivos.
Las primeras manifestaciones de la enfermedad en los niños aparecen a los 3 meses de nacidos y se dan en hijos de madres deprimidas, por eso se considera tratar a las gestantes para que sean más afectuosas y menos retraídas con sus hijos, pues de lo contrario, el desarrollo de la personalidad del infante se afecta y tendrá tristeza, retraimiento, falta de apetito y voluntad, insomnio y tendencias suicidas.
Los niños pueden ser tratados con fármacos y terapias; la buena atención paterna puede ayudar a disipar o aliviar la depresión.
Sin embargo, es necesaria la atención psicológica, por ello la clínica Paz Holandesa, en la especialidad en Psicología, brinda asesoramiento y consulta para padres e hijos, realiza sesiones de psicoanálisis y charlas informativas.
“La asistencia psicológica amplía la capacidad resiliente del niño, por ese motivo existe un panorama positivo donde personas descubren que de su depresión pueden desarrollar una moral particular a partir de la experiencia y esto alivia su estado anímico, pues la depresión puede transformarse en un proceso creativo”, indicó Marjan Van Mourik, directora de la clínica.