La Fiscalía Especializada en Materia Ambiental de Puno inició una investigación preliminar por el delito de contaminación ambiental agravada, tras constatar el vertimiento ilegal de aguas ácidas en los ríos Ocuviri, Lluchusani, Huarucani y otros afluentes de la cuenca hidrográfica Llallimayo. Estos recursos hídricos fueron severamente impactados por los desechos generados por la empresa minera Arasi, perteneciente a Aruntani S. A. C., lo que representa una seria amenaza para el ecosistema y la salud de la población.
Durante las diligencias, encabezadas por el fiscal superior Frank Almanza, se verificó la existencia de una poza de acumulación de aguas contaminadas dentro de la unidad minera, con una tubería de 6 pulgadas que realizaba un vertimiento continuo de líquidos tóxicos directamente en el río Lluchusani. Este mecanismo, camuflado para evitar su detección, operaba de manera ilegal y clandestina, sin autorización de la Autoridad Local del Agua (ALA), lo que agrava la responsabilidad de la empresa.
DILIGENCIAS. Las muestras tomadas en la inspección confirmaron que el agua presenta un alto contenido ácido, con niveles de conductividad y demanda bioquímica de oxígeno que superan los estándares ambientales permitidos. La contaminación no solo impacta el estado del agua, sino que viene afectando gravemente la salud de la población de las provincias de Lampa y Melgar, perjudicando principalmente a niños y dañando actividades agrícolas y pecuarias esenciales para la economía local.
Ante estos hallazgos, la Fiscalía de Puno continuará con las investigaciones y exigirá informes técnicos para determinar la reincidencia de infracciones ambientales por parte de Aruntani S. A. C..