En la época de los incas, Rosaspata fue un tambo, un punto de paso obligado para Chuquiago (La Paz). Desde la época colonial o virreinal hasta la república era una vice-parroquia, perteneciente a la jurisdicción de Moho, con la categoría de distrito, provincia de Huancané e incluso los bolivianos de Charasani, Pelechuco, Chuma, traían coca, compraban ganados y productos de primera necesidad del distrito de Rosaspata.
Es por esta razón que el docente e historiador Arnaldo Ormachea Aliaga nacido en Rosaspata (Huancané) el 20 de junio de 1971, ha publicado recientemente el libro “Rosaspata, México Chico: sol, sangre y arena”, que está estructurado en diez ejes temáticos: Los preparativos y la organización para la fiesta, los residentes y su religiosidad a la mamacha Asunta, las vísperas esplendor en el firmamento, solemnidad en la aurora o alba, víspera del segundo día de fiesta, ritualidad de la entrada de caballerías y enjalmas, festividad central, los altareros, la organicidad de las grandes fiestas taurinas en Rosaspata y el cacharpari.