En Moquegua, el abandono de obras públicas se ha convertido en una amenaza silenciosa que compromete millones del presupuesto estatal y agrava la calidad de vida de cientos de ciudadanos. Así lo denunció Jean Franck Vásquez Neira, gerente regional de Control de la Contraloría, al advertir que estas paralizaciones no solo detienen el progreso, sino que provocan un doble daño: servicios inconclusos y recursos públicos en riesgo de pérdida definitiva.
Las causas detrás de esta crisis de infraestructura son múltiples y preocupantes. Entre ellas, destacan la falta de financiamiento, conflictos contractuales, expedientes técnicos deficientes y la omisión de liquidaciones previas. Estas fallas administrativas impiden que proyectos fundamentales —como sistemas de agua, centros educativos y de salud— lleguen a quienes más los necesitan. En este contexto, los ciudadanos terminan pagando las consecuencias de una gestión ineficiente y descoordinada.
Para revertir este panorama, la Contraloría General ha desplegado equipos de inspección en toda la región. La semana pasada, los fiscalizadores recorrieron obras detenidas en Ilo y Mariscal Nieto, y se espera que en los próximos días hagan lo mismo en General Sánchez Cerro. El objetivo es claro: determinar causas de fondo, evitar nuevas interrupciones y reactivar los proyectos con urgencia.
Se estima que en menos de un mes se conocerán los resultados del diagnóstico oficial. A partir de estos hallazgos, se establecerán nuevos cronogramas de trabajo y estrategias de seguimiento permanente. La ciudadanía espera respuestas concretas y soluciones rápidas. Cada día de retraso significa más recursos públicos en riesgo y más vidas afectadas por la inacción estatal.