Una historia desgarradora fue protagonizada por una adolescente venezolana de 17 años y su padre que, tras conocer que su hija fue secuestrada por la red de trata de personas dirigida por la banda criminal Los Hijos de Dios del Tren de Aragua, luchó para rescatarla con intervención de las autoridades. La joven fue sometida a un cautiverio inhumano en la provincia de Moquegua, donde fue víctima de explotación sexual.
La pesadilla comenzó cuando, hace tres semanas, el padre de la menor vio un mensaje alarmante en las redes sociales de su hija. La chica, atrapada y bajo el control de los criminales, alcanzó a escribirle una breve y aterradora frase: “Estoy secuestrada”. A partir de ese momento, el hombre se lanzó a la desesperada búsqueda de su hija, sin saber que se enfrentaba a una de las organizaciones más peligrosas de Latinoamérica.
Los secuestradores operaban bajo la fachada de ofrecer trabajo falso a las víctimas. Al secuestrarla, ella fue amenazada y no tenía acceso a nada. El padre desesperado comenzó a negociar con los tratantes, enfrentándose a ellos mediante mensajes mientras intentaba reunir el dinero exigido.
UN FINAL DE ESPERANZA. El 24 de enero, tras semanas de angustiosa espera y negociaciones con los secuestradores, finalmente llegó el día del rescate. La División Contra la Trata de Personas montó un operativo sigiloso para liberar a las víctimas y desarticular la red criminal. La policía localizó el Dubái Club, un local nocturno en Moquegua, donde la joven y otras mujeres eran explotadas.
Cuando la menor fue liberada fue abrazada por su padre, quien había estado luchando incansablemente por su liberación. Los secuestradores fueron arrestados, y el lugar, que fue convertido en un centro de explotación sexual, fue clausurado. (Informe de América Noticias)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
