Este mes se cumplen 100 años del descubrimiento de la cultura Pucará, una de las civilizaciones prehispánicas más influyentes del altiplano peruano. El hallazgo, realizado por el arqueólogo moqueguano Luis Eduardo Valcárcel en julio de 1925, marcó un antes y un después en la comprensión del desarrollo cultural andino.
En el marco de esta conmemoración, el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú fue sede de un foro académico que destacó la trascendencia de Pucará en la historia precolombina. “Es la cultura más importante del altiplano peruano, pero no ha tenido tanta difusión como Chavín y Paracas”, señaló Fernando Brugué, director del Archivo Luis E. Valcárcel.
Valcárcel llegó a la localidad de Pucará, en la provincia de Lampa (Puno), con el objetivo de estudiar las estructuras arquitectónicas que, pese a su notoriedad, no habían sido analizadas por especialistas. Su investigación reveló la existencia de una cultura que floreció entre los años 1400 a.C. y 400 a.C., con notables avances en cerámica, escultura, ganadería y agricultura.
Entre sus construcciones más emblemáticas destaca la Pirámide Kalassaya, una estructura monumental de 150 metros de ancho y 30 de alto, que evidencia el sofisticado conocimiento arquitectónico de esta civilización.
Durante el foro, se resaltó también la influencia de Pucará en otras culturas del altiplano, como Tiahuanaco, y en la civilización incaica. “La cultura Pucará tuvo muchísimos avances de ganadería, agricultura y arquitectura”, afirmó Brugué.