Bajo el grupo editorial “Hijos de la Lluvia”, el escritor, poeta, crítico literario y profesor Samuel Álvarez Enríquez ha publicado recientemente la obra literaria “Qochamamanchis Qhantimanta Harawikuna. Poemas andinos. Desde entrañas del lago más alto del mundo”, que es el resultado de un trabajo silencioso y fecundo a la vez. Cada uno de sus poemas reflejan la situación social, por la dura realidad y el deseo de abolir el dolor humano, el tiempo y la muerte.
Samuel Álvarez Enríquez es un artesano estelar de la sublime palabra que se ha enriquecido con el arduo ejercicio literario, como por la exploración de un mundo propio. Su inconfundible voz representa también un ciclo renovador en que la poesía latinoamericana busca tomar distancia de figuras como César Vallejo y del propio Octavio Paz.
El poemario permite conocer distintas formas de interpretar a la humanidad, como un juego lacónico y obsesivo. Además de hacer un recorrido por su obra poética, expreso claramente que puedo repetir la misma palabra durante mucho rato, palabras especiales que tienen una extraordinaria fascinación en mis oídos y en mi mente. Lo repito sin fatiga, lo digo al revés, tan rápido como fuera posible. O demasiado despacio. También puedo usarlas para las musas, e inventarlas sus sílabas o sus acentos. Que sencillamente se dibujan el rostro de un recuerdo, las desventuras de un te quiero en la boca del blasfemo.