En un acto público, el alcalde de Huacullani, en Puno, Tito Apaza Mamani, fue suspendido por 90 días tras admitir una infidelidad. La decisión se tomó en una asamblea comunal en la plaza del distrito, donde Apaza pidió perdón de rodillas a su esposa y a la ciudadanía.
La sanción fue respaldada por el 70 % de las autoridades presentes, mientras que el 20 % propuso una suspensión menor o la continuidad del burgomaestre.
El escándalo estalló tras la filtración de un video donde se observa al alcalde compartiendo bebidas alcohólicas con una trabajadora municipal dentro de una habitación de hotel. Este hecho generó indignación, ya que ocurrió en medio de la emergencia por inundaciones en la región. La difusión del material provocó una fuerte presión social que derivó en la reunión extraordinaria para suspenderlo.
Durante la asamblea, la esposa del alcalde exigió un castigo ejemplar y solicitó que Apaza recibiera un chicotazo como escarmiento público. La propuesta reflejó el malestar generalizado en la comunidad, que consideró su comportamiento una falta de respeto y compromiso con su pueblo.
Finalmente, el Concejo Municipal decidió aplicar la suspensión, aunque el primer regidor se negó a asumir la alcaldía, argumentando que solo se trata de una medida temporal.
El caso también despertó la atención de la Contraloría y la Fiscalía Anticorrupción que darán opiniones.
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