Cruz Arce, señalado por la Policía como el fundador y líder de la organización criminal ‘Los Pulpos’, abandonó el penal de Challapalca, considerado el más seguro del país. Lo esperaban familiares con una camioneta que lo trasladó rumbo a Puno. Su salida genera alarma tanto en la ciudadanía como entre las autoridades que temen un reordenamiento interno de la banda criminal que nació en Trujillo y hoy extiende sus tentáculos a nivel internacional.
Un pasado marcado por la sangre
En 2008, Cruz Arce fue condenado por asesinar a su expareja Marilyn Teresa Angulo y a ‘Loco Benja’, a quien acribilló frente a su madre. Su historial lo llevó al penal más temido del país, pero ni el aislamiento frenó su alcance. Informes de inteligencia indican que incluso tras las rejas siguió manejando plazas de extorsión, sicariato y secuestros a través de terceros.
La Corte Superior de Justicia de Tacna precisó que no tuvo injerencia en la excarcelación, la cual fue ejecutada por el INPE bajo el régimen de “dos días de redención por uno de carcelería”. El caso desató críticas por la falta de filtros que evalúen el verdadero impacto de liberar a cabecillas criminales.
Una herencia criminal que no se detiene
La organización ‘Los Pulpos’, fundada por Cruz Arce junto a sus hermanos Miller y Nilton Cruz Arce, se consolidó en el distrito de El Porvenir, en Trujillo. Iniciaron con tráfico de terrenos y extorsión, y escalaron al sicariato, cobro de cupos, narcotráfico y minería ilegal. Su red creció hasta tejer vínculos con mafias de Chile, Bolivia, Argentina y Colombia.
Hoy, el control operativo recae en su hijo, Jhonsson Smith Cruz Torres, alias ‘Jhonsson Pulpo’, quien está prófugo y cuenta con un historial de más de 100 asesinatos en Perú y Chile, según la PNP. El Ministerio del Interior ofrece S/ 500,000 por información que permita capturarlo.
Los nuevos tentáculos del crimen
La banda muta, se adapta y sigue activa. Sus miembros ahora comercializan saludos, stickers y camisetas con logos criminales, e incluso ofrecen supuestos servicios de sicariato vía redes sociales, todo pagado por aplicaciones móviles como Yape y Plin. El terror se transforma en marca, y su maquinaria del miedo combina violencia, poder e incluso estrategias de marketing digital.
La excarcelación de ‘Jhon Pulpo’ encendió las alertas. La Policía Nacional no descarta que el exreo retome el control desde la clandestinidad. Mientras tanto, los tentáculos de su imperio delictivo siguen extendiéndose.