La Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) informó a través de sus redes sociales que Aduana Aérea incautó 14 “granjas de bots” durante un operativo en depósitos temporales del servicio express. La mercancía había sido declarada como “fuentes de poder y CPU”, lo que permitió camuflarla hasta su detección.
El comunicado oficial presentó el hecho como un golpe directo a una red dedicada a la delincuencia cibernética. Según la autoridad, los equipos incautados estaban diseñados para ejecutar ciberdelitos como robo de datos personales, manipulación de redes sociales, phishing y ciberacoso. Su hallazgo permitió identificar una ruta logística que intentaba introducir tecnología ilícita al país.
La Aduana Aérea detalló que “los equipos incautados sirven para ejecutar varias formas de ciberdelito”, lo que amplía el debate sobre la seguridad digital nacional. El informe técnico precisó que estas “granjas de bots” permiten realizar ataques automatizados que multiplican el alcance de fraudes, suplantaciones de identidad y estafas informáticas.
El reporte oficial relacionó estos hallazgos con los delitos digitales más frecuentes en el Perú: fraude informático, estafa agravada por redes sociales y WhatsApp, suplantación de identidad y captación de menores con fines sexuales. Además, se describieron técnicas comunes como el uso de malware para obtener datos bancarios y la captación de personas vulnerables para facilitar operaciones fraudulentas.
La detección de los equipos ocultos “pone a prueba los controles aduaneros y el cruce de información entre agencias”, advirtió la Sunat. El uso de depósitos temporales como punto de tránsito reveló una debilidad en la cadena logística que permitió la circulación discreta de tecnología con fines ilícitos. Este caso impulsa la revisión de protocolos de inspección y la cooperación con unidades especializadas en ciberseguridad.
Finalmente, el documento propone fortalecer campañas informativas que adviertan a la ciudadanía sobre los métodos de fraude asociados a esta infraestructura. Las autoridades subrayan que la prevención social y la vigilancia tecnológica son claves para enfrentar un delito que evoluciona al ritmo del avance digital.