La Contraloría General de la República detectó serias deficiencias en el sistema de seguridad del penal de máxima seguridad de Challapalca, ubicado en la región Tacna. Tras realizar un servicio de control simultáneo entre el 21 de abril y el 13 de junio, el órgano de control emitió un informe que evidencia riesgos operativos que podrían facilitar fugas, ingresos irregulares o actos ilícitos al interior del establecimiento penitenciario.
Uno de los principales hallazgos fue la intermitencia de las cámaras de videovigilancia, que se apagan constantemente y no emiten imágenes de forma continua. Además, los sensores y alarmas del penal se activan sin motivos aparentes, lo que compromete el monitoreo eficiente de personas y vehículos. En el Centro de Control y Monitoreo solo labora una persona por turno de 24 horas, lo que agrava aún más la debilidad del sistema de vigilancia.
Durante la visita de verificación del 20 de mayo, la Contraloría constató que el sistema de registro biométrico no funcionaba. Según el personal técnico del penal, no había sistema ni usuario habilitado para ese día. A esto se sumó la inoperatividad de los equipos de rayos X y del body scan el 21 de mayo, ambos esenciales para revisar paquetes y personas que ingresan al penal.
Otro punto crítico detectado fue el estado de la seguridad perimetral. Varias concertinas —alambres de púas— estaban mal colocadas o no fijadas correctamente, lo que facilita el ingreso de objetos prohibidos o la eventual fuga de reclusos. Asimismo, de las nueve torres de vigilancia del penal, solo una contaba con personal asignado, lo que reduce la capacidad de control visual sobre los techos de los pabellones.
La situación se agrava con la presencia de cableado eléctrico expuesto en los techos del pabellón 1, un área de libre acceso para los internos. Este tipo de instalaciones improvisadas podría ocasionar accidentes eléctricos e incluso permitir el uso no autorizado de energía por parte de los reclusos, advirtió la Contraloría.