Las pruebas lo condenaban y confesó su cruel crimen. Rafael Fernando Espezua Mamani acabó con la vida de María del Rosario Romero Flores (30) asestándole 18 puñaladas en el pecho. No contento con ello, pretendió ocultar su crimen intentando quemar la casa de la víctima.
Esto ocurrió el último fin de semana en el inmueble ubicado en el distrito de Gregorio Albarracín. La confesión del asesino llegó tras una serie de diligencias realizzdas por el Ministerio Público, representado por la fiscal Iris León. Espezua Mamani cometió el asesinato, según refiere, debido a una fuerte discusión con quien en vida fue su amiga.
INCENDIO. El destino quiso que el crimen no quede impune. Tras provocar un incendio utilizando combustible, el asesino huyó pero no contaba con la intervención de serenos del distrito que sofocaron el siniesto rápidamente y se toparon con la trágica escena del delito. Lo que vino después fue la detención de Rafael Espezua quien entró en contradicciones ante la Policía que, además halló restos de sangre compatibles con la víctima en su vehículo.
La declaración del asesino se dio tras la audiencia donde se obtuvo la medida de siete días de detención preliminar. Ahora, desde el Ministerio Público se trabaja en el pedido de prisión preventiva para avanzar con las diligencias de este caso que estremeció a la ciudad de Tacna el último fin de semana.
JUSTICIA. Mientras tanto, una familia llora a una joven que luchaba por salir adelante. La tarde del último martes 19 de agosto, se dio el sepelio de María del Rosario Romero Flores en el cementerio Parque del Recuerdo de Pocollay.
Su padre, Hugo Alejandro Figueroa, quien la crió desde pocos meses de nacida, exigió justicia para “Dulce”, apelativo con el que conocían a María del Rosario. Al pedido se sumaron más familiares y amigos de la mujer que deja a un pequeño de 13 años en la orfandad.