Tres años de pena suspendida, separación inmediata de la Policía y el pago de 1200 soles de reparación civil. Esa fue la sentencia que recibió el suboficial PNP Tony Vargas Calla, por acosar sexualmente a una joven de 23 años en plena vía pública en Tacna.
El fallo fue emitido en tiempo récord por el Juzgado de Flagrancia de Tacna, luego de que el caso fuera denunciado ante el Ministerio Público y procesado mediante la vía del proceso inmediato.
El hecho ocurrió el pasado 14 de mayo, cuando el senenciado -vestido con uniforme policial- interceptó a la joven en el centro poblado de La Natividad, Tacna. Según la víctima, le cerró el paso, pidió sus datos personales, intentó besarla sin su consentimiento y hasta le propuso una cita.
Ella logró alejarse, pero no se quedó callada: denunció el caso y activó una respuesta judicial rápida que hoy marca un precedente en el castigo del acoso callejero, incluso si el agresor lleva uniforme.
La tía de la víctima contó que el policía la siguió por la calle, la tocó por el hombro y le pidió su número de WhatsApp y redes sociales. Esta vez, el sistema no se lavó las manos.
Además de la pena, el sentenciado tiene prohibido acercarse a la joven. La Policía, por su parte, deberá proceder con su baja inmediata. No es un caso aislado, es el reflejo de una violencia cotidiana que enfrentan miles de mujeres en todo el país, muchas veces sin respaldo ni justicia.
Este resultado envía un mensaje necesario: el acoso no es piropo ni malentendido, es un delito, y puede costarte la carrera, la libertad y el respeto social. En tiempos donde muchas víctimas callan por miedo o porque “no les harán caso”, este fallo demuestra que sí es posible una justicia rápida y ejemplar.