El debate sobre el elevado costo del servicio de alimentación del Congreso peruano se intensificó tras la revelación de una nueva licitación por 1.6 millones de soles para seis meses.
El congresista Wilson Soto se pronunció al respecto, aclarando que él suele llevar su propio almuerzo del hogar, y que solo en ocasiones excepcionales utiliza el servicio del buffet parlamentario.
"La verdad yo, algunas veces, traigo mi almuerzo de mi casa. Algunas veces, cuando estoy contra el tiempo, trató de almorzar en el Pleno; pero, la mayor parte yo todos los días pagó mi almuerzo. No es que a mi el Congreso me da gratis de almorzar", expresó para el medio local.
La comparación con el contrato anterior, de 2037 millones de soles por tres años, refuerza la percepción de un gasto excesivo. La discrepancia entre el costo del servicio y la afirmación de Soto de que cubre sus propios gastos genera interrogantes sobre el uso real de los recursos públicos destinados a la alimentación de los parlamentarios.