Pese a su discurso de liderazgo y a haber condicionado su participación a ocupar la cabecera de la lista parlamentaria, Antauro Humala terminó inscrito como candidato al senado con el número 9 en la alianza Juntos Con el Pueblo. La ubicación contrasta con sus declaraciones previas, cuando exigía el primer lugar tras la cancelación judicial de su partido A.N.T.A.U.R.O., y evidencia los límites de su poder de negociación dentro del bloque.
El intento de Humala por imponer condiciones incluyó conversaciones con distintas agrupaciones afines a su agenda de asamblea constituyente. Incluso sostuvo diálogos con Salvemos al Perú, donde la posibilidad de otorgarle protagonismo generó tensiones internas y derivó en la renuncia del exministro Mariano González. Sin embargo, ninguna negociación prosperó en los términos que el exmilitar pretendía.
Tras quedar fuera de la carrera presidencial por la ilegalidad de su organización, ratificada por el Poder Judicial, Humala encontró en el senado su única vía de continuidad política. En entrevistas, justificó su postulación señalando que el nuevo escenario bicameral permitiría una gobernanza “parlamentarista senatorialista”, minimizando así su exclusión del Ejecutivo y afirmando que ahora busca el poder por la vía electoral.
La coalición Juntos con el pueblo —que utilizará la inscripción de Juntos por el Perú, liderado por Roberto Sánchez— se presenta como un frente contra la “derecha globoneoliberal”. Aunque expresa respaldo a Pedro Castillo, la decisión de ubicar a Humala en el noveno lugar revela que la cúpula priorizó asegurar los primeros escaños para sus cuadros propios, relegando al exmilitar a un rol expectante dentro de la lista.