Aunque muchos lo recuerdan por su apodo de “Huevoduro”, Fernán Altuve se presenta hoy con otra imagen: la del político formal que vuelve al ruedo como candidato a la vicepresidencia en la plancha de Phillip Butters. “Phillip Butters es una persona y una personalidad conocida. La gente sabe quién es, es auténtico, lo toma o lo deja”, señala al defender a su compañero de fórmula, a quien define como una figura directa ante “el problema más importante que hoy día es la protección de la ciudadanía”.
Crítico de los extremos, Altuve no esquiva la autocrítica hacia su propio sector. “La derecha no tiene formación política, entonces actúa en base a dos instintos, la ambición y el miedo. A la derecha le gusta hacer política y beneficiarse de ella, pero no le gusta formarse, no le gusta leer, no le gusta comprender”, recordó de sus declaraciones pasadas, aclarando que su posición no lo convierte en un radical, sino en un reformista que busca diagnosticar errores desde adentro.
Desde esa perspectiva, marca un deslinde con los modelos populistas y con los discursos agresivos que dividen a la derecha peruana. “El espacio que se trata de formar desde Avanza País es la derecha reformista. Lamentablemente, hay una derecha, como ha devenido el fujimorismo, en una derecha absolutamente populista… Y hay una derecha que se ha convertido en una derecha fundamentalista que no oye nada, que solamente grita, que solamente insulta, lamentablemente”, sostiene, en alusión al sector que encarna Rafael López Aliaga.
Sobre el nuevo Senado aprobado por el Congreso, Altuve advierte que “es un Súpersenado, y es un error”, pese a haber sido respaldado por su partido. Aclara, sin embargo, que sus discrepancias no le impiden participar. “Para mí el Senado debe ser reformado y es lo primero que hay que hacer. ¿Va a postular al Senado que no le gusta? Para hacerlo mejor, por supuesto”, sentencia, reafirmando su vocación parlamentaria y su convicción de cambiar las cosas desde adentro.