El 1 de mayo familiares y deudos de los fallecidos en las protestas contra el régimen de la presidenta Dina Boluarte llegaron a Lima para exigir justicia. Ese mismo día el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, arribó a Francia para participar en la Reunión del Consejo a Nivel Ministerial. Desde dicho territorio aseguró que no “habrá impunidad” por las 70 muertes ocurridas en manifestaciones.
“Yo creo que este proceso de búsqueda de la justicia, de encontrar la justicia, va a permitir finalmente la reconciliación, que es lo que todos los peruanos deseamos. Porque si nos vamos a mantener divididos en el odio, en el encono, no vamos a ganar nada”, declaró a la agencia EFE.
El discurso de Adrianzén fue para sus homólogos, prensa y otras autoridades extranjeras, mientras que en la capital se produjeron enfrentamientos de la Policía contra los familiares. En un video se vio como un efectivo golpeó en el estómago de una mujer quien cayó al piso.
Los manifestantes llegaron hasta Palacio de Gobierno y la plaza Mayor que estuvo cerrada y rodeada de policías para evitar el acceso del público. Todo el día marcharon y llegada la noche colocaron sus carpas y durmieron frente a Palacio de Justicia para luego continuar su protesta.
Por su parte Adrianzén recordaba a los extranjeros que no se trató de protestas sociales, sino de intentotos de controlar aeropuertos del país. También recordó la muerte de un suboficial en Puno y como seis militares se ahogaron en un río.
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