La candidata presidencial Marisol Pérez Tello afirmó que fue un error político haber respaldado a Keiko Fujimori en la segunda vuelta electoral del 2021 y sostuvo que el paso del tiempo evidenció que ambas alternativas de entonces compartían prácticas autoritarias. Explicó que su decisión se dio en un contexto de alta polarización y ante lo que consideró una amenaza institucional representada por Pedro Castillo, a quien calificó como golpista, pero recalcó que nunca integró el equipo ni el plan de gobierno del fujimorismo.
De cara a las elecciones 2026, la aspirante de Primero La Gente anunció que uno de los ejes de su propuesta será una profunda reforma del sistema penal, enfocada en el principio de flagrancia para lograr condenas rápidas en delitos evidentes. Planteó la creación de unidades de flagrancia dentro de los penales, con jueces, fiscales y defensores trabajando de forma permanente, con el objetivo de reducir la impunidad y recuperar la confianza ciudadana en la justicia.
Pérez Tello también lanzó duras críticas contra el Congreso, al que acusó de aprobar “leyes pro crimen” que han debilitado la lucha contra la delincuencia organizada. En ese sentido, propuso incluir el delito de tráfico de influencias dentro de la normativa sobre crimen organizado y cuestionó la convergencia de sectores de derecha e izquierda que, según dijo, votan de manera similar para proteger intereses particulares.
En materia de gobernabilidad, la exministra de Justicia rechazó tanto el boicot legislativo como la subordinación del Parlamento al Ejecutivo. Sostuvo que una bancada de gobierno debe construirse sobre principios democráticos y una agenda común, y advirtió que sin seguridad ciudadana no puede haber desarrollo ni legitimidad del Estado, especialmente en las regiones históricamente postergadas.
Respecto a la migración, Pérez Tello diferenció entre quienes buscan refugio y quienes delinquen. Afirmó que los extranjeros que cometan delitos deben ser encarcelados y posteriormente deportados, y planteó el retorno de más de cinco mil presos venezolanos a su país de origen. Señaló que, con una diplomacia efectiva, el Perú puede enfrentar el problema sin ceder ante acuerdos ineficaces frente a la amenaza criminal.