El prófugo líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, generó controversia al ofrecer operar gratuitamente al suboficial PNP Roger Quispe Aranda, quien sufrió un severo traumatismo craneano tras caer del cuarto piso de una comisaría. Sin embargo, condicionó la cirugía a que se modifique su situación judicial, pese a que pesa sobre él una orden de prisión preventiva por organización criminal y lavado de activos.
Cerrón, neurocirujano de profesión, afirmó en redes que el daño del policía “no sería irreversible” y que, tras una plastia craneal y una rehabilitación prolongada, podría recuperar funciones neurológicas. Sostuvo que su intervención depende de que se revise su estatus judicial, destacando su experiencia en casos de extrema complejidad para reforzar su oferta.
Según Cuarto Poder, la familia del agente asumió inicialmente el tratamiento. Cerrón también planteó la posibilidad de trasladarlo al Centro Internacional de Restauración Neurológica en Cuba si la evolución no fuera favorable en el país, usando el caso para reforzar su visibilidad mediática en pleno contexto preelectoral.
Mientras tanto, el Ministerio del Interior dispuso asumir todos los gastos médicos del suboficial. Quispe fue trasladado al Hospital Nacional PNP Luis N. Sáenz y se gestionó la adquisición de una placa de titanio, así como el acompañamiento integral de la Defensoría del Policía y de SaludPol, que incluso evalúan atención en clínicas privadas.
La familia exige sanciones contra la capitana Lisette Quispe, acusada de impartir una orden ajena a la función policial que derivó en el accidente. Nueve agentes descartan que la caída haya sido voluntaria, mientras la oficial afronta una denuncia penal por abuso de autoridad y lesiones graves en medio de una investigación aún abierta.
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