El ciudadano venezolano, Yexel Hernández de Santiago, de 30 años, fue detenido la noche del 6 de septiembre en la cuadra 2 de la avenida Salaverry, al ser el presunto autor detrás del incendio de un local de venta de llantas en el distrito de Miraflores, el 31 de agosto. Durante la intervención, el equipo del escuadrón de Emergencia de la Policía incautó el vehículo en el que se transportaba, de placa ATP-327, el cual contenía estupefacientes en su interior.
Sin embargo, según la versión del intervenido, él no habría participado en ningún tipo de extorsión o comunicación amenazando al propietario del negocio. Por lo contrario, indicó que él solo se habría encargado del incendio, trabajo por el cual habría cobrado alrededor de 300 soles.
“Efectivamente, él habría sido contratado y tras el hecho en concreto habría percibido el monto de 309 soles. Es la única participación que él manifiesta” señaló el jefe de la Divincri Arequipa, coronel PNP Eduardo del Campo, tras la confesión de Hernández, donde admitía haber producido el incendio.
Asimismo, las autoridades confirmaron que la situación migratoria de Hernández es irregular, y que habría estado viviendo en Arequipa desde hace un año, trabajando y residiendo en un car wash ubicado en la avenida Las Convenciones.
El delincuente permanecerá detenido durante 15 días por delitos contra la salud pública, por posesión de estupefacientes, como por su presunta participación en el incendio. Mientras tanto, continúan las investigaciones para verificar o desmentir su testimonio.
INVESTIGACIONES. Las autoridades aún investigan quién sería el autor intelectual detrás del incendio que afectó al local de venta de llantas “Kevin”. Hasta la fecha, fueron tres ciudadanos venezolanos los detenidos por estar presuntamente vinculados al mismo caso: Roberto Rafael Borrego, Jason Araujo Barbosa y Leomaris Carelis.
Según las declaraciones de Yexel Hernández, él habría trabajado con otra persona de nacionalidad venezolana al provocar el incendio. No obstante, señala solo conocerlo mediante un apelativo y no por su identidad real.
A pesar de su testimonio en el que acepta participar del incendio, pero no de las extorsiones, la Policía no descarta que su versión sea una coartada para no involucrar a más miembros de la banda.
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