Dos miembros de la organización sin fines de lucro Just Stop Oil, que busca detener las extracciones de combustible fósil en Reino Unido vandalizaron y cubrieron con pintura naranja al robot “Teslabot Optimus” de la compañía Tesla, fundada por el magnate Elon Musk.
En medio de una muestra en la que también había automóviles y otros clásicos productos de la compañía, dos activistas desplegaron una pancarta de la organización y dieron un breve discurso después de echar el líquido sobre el robot.
“Callen a los fascistas. El gobierno [de Donald Trump] está fallando en proteger nuestra democracia de las empresas de combustibles fósiles y de los multimillonarios hambrientos por la energía. No me voy a quedar quieta y mirar cómo la crisis climática genera escasez mundial de alimentos, una hambruna masiva y la destrucción de la sociedad civil”, añadieron y cerraron: “No dejen que los multimillonarios decidan su futuro, recuperemos la democracia”.
La empresa tecnológica de Musk fue señalada en numerosas oportunidades por supuestos manejos que podrían representar un peligro para el medio ambiente. Pese a haber revolucionado el mercado de los vehículos eléctricos hacia un modelo más sustentable, en 2024 un grupo de empleados lo acusó de “envenenar el medio ambiente” por su mala gestión de desechos en la planta de la empresa en Austin, Texas.
Según un informe realizado por el medio The Wall Street Journal, al manejo de residuos peligrosos se suman la emisión de contaminantes y la falta de cumplimiento de regulaciones ambientales, lo que amenazó con empañar la misión de la compañía de reducir la huella de carbono global.
Esta no es la primera vez que los activistas de esta organización se ven involucrados en medidas de este estilo. En el último tiempo realizaron actos vandálicos contra la tumba de Charles Darwin en la abadía de Westminster; y contra obras de arte como “Los girasoles” de Vincent van Gogh, en la National Gallery de Londres; y “La maja vestida” y “La maja desnuda” de Francisco de Goya”, en el Museo del Prado de España.
También tiraron puré de papas sobre un cuadro de Claude Monet del Museo Barberini en Potsdam, Alemania; arrojaron una piedra contra el cristal antibalas de La Gioconda, en el Museo del Louvre, en París; pegaron sus manos al cuadro Masacre en Corea, de Pablo Picasso, en Melbourne, Australia; y lanzaron comida contra una escultura del rey Carlos III en el Museo Madame Tussauds de Washington. Todos los atacantes fueron arrestados tras los vandalismos.