Bill Gates está invirtiendo grandes cantidades en dos empresas estadounidenses, Savor y C16 Biosciences, que están desarrollando alternativas a las grasas animales y vegetales en laboratorio a base de CO2, agua y microbios.
De momento, la mantequilla y el aceite de palma son los primeros resultados comercialmente viables, pero ya están trabajando en otros productos como la leche, el queso o incluso la carne.
Savor, con sede en San José (California), ha recurrido a un proceso termoquímico para fabricar este sustituto sintético de la grasa animal basándose en una investigación científica publicada en Nature. "Empezaron por el hecho de que todas las grasas están formadas por distintas cadenas de átomos de carbono e hidrógeno", afirma el propio Gates.
El primer producto alimentario que están intentando replicar los técnicos de Savor es la mantequilla, ya que según sus responsables es fácil de producir y escalar, además de ofrecer un sabor casi indistinguible de la auténtica.
Asimismo, desarrolló el aceite de palma, presente en cerca de la mitad de los productos envasados que se comercializan a día de hoy. Eso afecta no sólo a las galletas, los snacks y a todo tipo de comida preparada, sino también a la mayoría de productos cosméticos.
Este producto fue sustituido en muchos países ecuatoriales al resto de cultivos, el aceite de palma una vez refinado no aporta sabor, es muy estable y no se oxida fácilmente, además de ofrecer una gran consistencia, textura y untuosidad. Pero, sobre todo, es mucho más barato de girasol y del oliva.
Estas alternativas no producen gases de efecto invernadero ni estén sometidas a la tala y la quema de enormes superficies de bosques. Es en lo que se han volcado los técnicos de C16, que han identificado un microbio de la levadura capaz de emular las propiedades del aceite de palma tras un proceso de fermentación.